Cubierta sintética inspirada en los tiburones
El bio-fouling es uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los artefactos navales de todo tipo. Este fenómeno consiste en la adherencia a la superficie de los barcos, por ejemplo, de un sinnúmero de organismos sedentarios como crustáceos, moluscos, cnidarios entre otros, que poco a poco van incrementando el peso y la resistencia al agua de los barcos. La piel de los tiburones, cubierta de escamas de dentina muy pequeñas, crea vórtices en el agua que reducen la fricción pero que también impide la adherencia de los organismos sobre su cuerpo, como ocurre en las ballenas. Basándose en este diseño natural, unos científicos alemanes han desarrollado una silicona elástica capaz de reducir el bio-fouling en un 67%, problema que cuesta unos 50 millones de dólares cada año solo a la marina norteamericana.

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